En Nicaragua no tenemos una tradición muralista, carece de monumentos arquitectónicos, versión señalada por Jorge Eduardo Arellano, sin embargo no podemos pasar por alto algunas “ Expresiones murales” Aisladas desde la época precolombina, algunas como los petroglifos los que abundan en varios lugares de Nicaragua, tales como Asososca, Montelimar,de un carácter altamente símbolico.
En los años 50 se inicia la pintura mural en Nicaragua a través de algunas muestras precursoras de Rodrigo Peñalba, las que existen en la iglesia de San Sebastián en Diriamba Sto Domingo de Managua y el desaparecido de la Iglesia El Carmen.
Luego en los años 60 el muralismo mejicano marca la obra de César Caracas, en la que influye de manera negativa; Caracas se “apropia” de la temática y sobre todo del estilo de los grandes muralistas, particularmente de Orozco.
Mientras tanto a raiz de del terremoto en los años 70, surge una serie de pinturas murales con un sello verdaderamente original de antesedente precolombina. Realizadas por Alejandro Aróstegui, Orlando Solvalbarro y Róger Pérez de la Rocha, murales del aquel entonces Centro Comercial Nejapa, tuvieron una influencia europea de Miró y Paul Klee con elementos de la pintura autóctona reflejada en los petroglifos. A través de ellos se consolidaba la recuperación de nuestra identidad nacional.
La otra manifestación notable de pintura mural que podemos apreciar siempre y cuando logremos ir de compras, es la de Leoncio Sáenz, a través de los murales del “supermercado de Plaza España”. En ellos se manifiesta una recreación del mercado o feria indígena que evoca en su sorprendente procedimiento adecuado para representar los códices precolombinos. Leoncio Sáenz revive las técnicas expresivas del pasado con un lenguaje plástico totalmente moderno. Es decir en estos dos murales( centro Comercial y Plaza España) prácticamente tuvo el acierto de incorporal lo universal a lo nacional.
Dentro del contexto de la Revolución, se inició a implementar la pintura mural en forma organizada, como una manera de incorporar las artes plásticas, situándolas al alcance del pueblo. Esta intención fue provocada por el auge que alcanzó el muralismo a nivel masivo y comunicacional en el panorama gráfico de la Revolución Mejicana primero y posteriormente en Chile.
Desde el punto de vista revolucionario, el mural se presenta como la forma idónea de plasmar artísticamente una serie de ideas y eventos sociales, políticos y culturales:
- Incorpora en su ejecución a profesionales , aficionados y gente del pueblo.
- El artísta como el pueblo se convierten en partícipe de ese acontecer histórico.
- El mural se presenta como la forma ideal de concretar una rte al servicio y creación de la clase
Trabajadora , por medio del cual sea capaz de asimilar un contenido cultural y ,convirtiéndose
En un sujeto agente y no un espectador pasivo.
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